Una Mujer Fantástica (2017) — Retrato de la discriminación.

Con propósito del mes del orgullo, decidimos traer de vuelta una película que ya había sido reseñada en el blog , pero perdida hace tiempo. El día de hoy les platicamos sobre Una Mujer Fantástica, película dirigida por el chileno Sebastián Lelio y protagonizada por Daniela Vega, una actriz transexual actuando como tal.

La historia, sin embargo, inicia con el plano de unas cataratas estableciendo un tono fantástico al que atenderemos de vez en cuando en situaciones catárticas. Y después conocemos a Orlando, el novio de Marina, que tiene preparada una sorpresa para ella por motivo de su cumpleaños, después de recogerla en un bar en la que ella canta salsa.

Las cosas comienzan a subir de tono rápidamente con escenas íntimas entre los personajes y los escenarios. Pero todo sale mal de repente. Orlando despierta con un dolor en su cuerpo, y posteriormente tropieza en las escaleras… Fallece en el hospital y Marina se ve con la necesidad de contactar a la familia de su novio, una con la que no lleva la mejor relación y establece el tema de toda la película: la discriminación.

Una Mujer Fantástica demuestra una cruda realidad que todas las personas de la comunidad LGBT+ pueden vivir cada día de sus vidas. En el caso de Marina, comentarios como «no sé lo que veo», «no sé qué eres», «no eres una mujer», son las opiniones recurrentes que la familia de Orlando, como su hijo y su ex esposa utilizan contra ella, incluso diciendo que ella es como una «quimera», es una bestia, o algo que no es humano y no tiene nombre, que lo que tuvo con Orlando, siendo el un hombre mayor que ella, «es pura perversión».

Sin embargo, también nos demuestra que Marina es una persona, y nos lleva de la mano con sus emociones, siempre desde su perspectiva, una mujer que no tiene no uno sino dos trabajos, aquel como cantante y otro como mesera, tiene amigos, como sus compañeras del restaurante y su maestro de canto lírico que también funge como una figura parental.

En Una Mujer Fantástica, Marina pasa por el duelo de Orlando, teniendo que regresar su departamento hacia su familia, pero también recuperar a su mascota de las manos de los mismos, pasando por mucho corajes, actos de denigración, desesperanzas y abusos, pero también alivio y socorro en los momentos necesarios para poder salir adelante a pesar de todas las adversidades de una sociedad que teme a lo que no entiende y discrimina violenta como primera reacción de «defensa».

En términos más técnicos de esta obra, Sebastián Lelio decide priorizar las luces en la puesta en escena, teniendo iluminación de distintos colores en lugares como la calle durante la oscuridad, o los bares donde llegamos a estar con Marina, siempre realzando las emociones que se encuentran en ella en ese momento.

En la realización musical, nos encontramos con unos tintes casi musicales, teniendo incluso una secuencia de baile en la propia catarsis de Marina, una que se repite en la obra de Lelio quien ha dicho su sueño es realizar un musical. Estas escenas o situaciones más imaginarias, es lo que llevan el título de Fantástico hacia lo visual comprendiendo ya no sólo la descripción de la persona que es Marina, ni sólo el título, sino la obra en sí, ya es un tono fantástico y ello gira en cada aspecto de Una Mujer Fantástica.

Este filme va dirigido hacia un público maduro, no solo por las escenas eróticas que hay, sino por los temas que acontecen, uno que tal vez no todos los jóvenes podrían saber interpretar; sin embargo, ayuda a problematizar las cotidianidades de nuestra sociedad, retratando la discriminación bajo los ojos de Marina y sus experiencias, y esperando causar una reflexión a todas las personas sobre la diversidad y el respeto.

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