Anne Hathaway como La Gran Bruja en The Witches (2020), posando con los brazos abiertos y vistiendo un atuendo fino de color morado con una serpiente como accesorio..

The Witches (2020) — La revolución de los pequeños.

Fue una sorpresa hace algún par de años cuando se confirmó que Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón producirían una adaptación de la obra del famoso Roald Dahl, Las Brujas, que ya había sido adaptada anteriormente, con resultados no muy efectivos para muchos. The Witches comenzó a generar anticipación, especialmente con Robert Zemeckis (Back to the Future) a cargo de ella, director reconocido por una filmografía llena de aventuras y cintas episódicas que han logrado impregnarse en el subconsciente colectivo; en esta ocasión, no es distinto, Zemeckis, le da un giro épico al cuento de Dahl y narra esta historia de una forma sensible, pero a la vez emocionante y consiente del mundo que los rodea.

La cinta abre con nuestro protagonista (Jahzir Bruno), sentado en un auto confundido, una noche nevada, y la nieve cayendo en dirección opuesta, la cámara comienza a rotar y vemos que nuestro héroe esta en un accidente de tránsito, sus padres han muerto. Él está destrozado. Unos momentos después, su abuela (Octavia Spencer) va a buscarlo: de ahora en delante vivirán juntos.

La casa de la abuela, es la típica de una abuela afroamericana, pequeña, colorida, sillones envueltos en plástico, y la abuela es una mujer que puede darte una buena tunda o ser muy cariñosa si es necesario, por el momento, ella esta luchando una batalla, con el pequeño protagonista, quien esta pasando por un duelo intenso, lo cual Zemeckis representa por una serie de planos cerrados, una gran avalancha de iconografía ochentera que nos llena de una sensación de melancolía y nostalgia, y a pesar de que la Abuela lo intenta reconfortar, él no cede. Con el tiempo y mucho amor, finalmente él termina sintiéndose cómodo con ella, la abuela, sintiéndose con la necesidad de mostrarle cariño al niño, decide comprarle una mascota: una pequeña ratona blanca a la que después de un tiempo él decide llamar Daisy — un bello nombre opina la abuela.

Los tiempos venideros parecen felices, pero en medio de un momento de placer, se nos presenta al contrapeso: una bruja, quien le deja una maldición a la abuela, una enfermedad constante que no se desvanecerá. Nuestro héroe comienza a enseñarle trucos a la pequeña Daisy, y por lo mismo decide mejorar su jaula para enseñarle más trucos, pero en ese lugar, el protagonista se encuentra con una mujer delgada y alta con una sonrisa espeluznante y un gran sombrero, acompañada de una serpiente: él héroe se siente aterrado y huye con su abuela.

Ella preocupada, cuestiona al niño sobre su preocupación, a lo que él le cuenta su experiencia. ¡Es una bruja! — explica la mujer, y recuerda, en su infancia en Alabama, en un pequeño poblado de clase baja había una niña, su mejor amiga, y como un día, acepto el dulce de una persona extraña, nada parecía ocurrir, pero al día siguiente, la abuela presencia como la niña se convertía en una gallina frente a sus propios ojos. La abuela finalmente advierte, que una vez que cruzas caminos con una bruja, estarás conectado a ella. La abuela tiene conocimientos de curandera y adivinación entre otras cosas, por lo que después de consultarlo se da cuenta que su única opción es huir, y deciden huir al único lugar donde no les buscaran, un lujoso hotel en una playa, lleno de gente blanca y rica.

Al llegar al hotel, la familia es bienvenida por un joven botones negro, quien esta sorprendido de que una familia afroamericana se este hospedando en el hotel, al entrar, encontramos al sitio donde se desarrollara la película, un lujoso hotel, de una gran gama de colores, clásico, elegante. La familia es bienvenida por el gerente del hotel, el Sr. Stringer (Stanley Tucci), un hombre que tampoco tiene idea de lo que hacen la abuela y el niño en el hotel, pero que decide tomarse un momento de su tiempo para recordarle al niño sobre lo afortunado que es, pues no es común que hombres como él se hospeden en el hotel, expresión que le causa un ligero disgusto a la abuela, quien se retira junto al niño inmediatamente.

Inmediatamente, las puertas se abren, y un gran grupo de mujeres entran, miembros de un grupo en contra de la violencia hacia los menores, entonces se desarrolla una curiosa conversación entre su líder y el gerente, que tiene que ver con ratones, y deja en claro que a estas mujeres no les interesa nadie más.

Es importante resaltar que en esta ocasión, los autores de The Witches, Zemeckis, Kenya Barris y Guillermo del Toro dejan en claro quienes son las brujas desde un inicio, desde su entrada pues desde un inicio, nos es revelado cada uno de los personajes que tendrán relevancia en la cinta. Las brujas, caracterizadas por un alto uso de efectos especiales y un ligero uso de maquillaje, reducido a la estética y a las obvias amplias comisuras de los labios.

¿Cómo lucen estas brujas? Pues en primera, siempre visten guantes hasta los codos, pues con ellos ocultan sus garras, que no se parecen en nada a las manos humanas, sus pies también carecen de dedos, llevan pelucas siempre, pues son calvas, y curiosamente, estas les causan gran salpullido, sus bocas enormes llenas de colmillos, y finalmente sus narices, cuyas fosas nasales pueden extenderse hasta 20cm de diámetro. Fuera de la apariencia, existen otras peculiaridades sobre las brujas, ellas no son mujeres, ni siquiera son humanas, son demonios con forma humana, quienes detestan más que nada el olor de los niños, ellas dedican su vida a acabar con la existencia de los niños y ocasionalmente, organizan reuniones para planear sus estrategias.

En el hotel también se nos presenta a Bruno Jenkis, un niño británico que encarna el arquetipo del personaje con sobrepeso que no deja de estar comiendo, él será el sujeto de prueba para el nuevo plan de las brujas, pero por razones del destino, nuestro protagonista y Daisy terminan presenciando todo el evento, en una secuencia ligeramente perturbadora que presenta claramente a las brujas y a la Gran Bruja (Anne Hathaway), nuestro héroe y Bruno terminan convirtiéndose en ratones, y por poco y no escapan de una muerte segura de no haber sido por Daisy, quien les ayudo a escapar.

En este momento, la cinta cambia a una perspectiva a nivel de suelo, caracterizada por el uso de grandes ángulos, el trio de ratones comienzan un escape para buscar a la abuela, e idear un plan para revertir el hechizo, y volver de nuevo humanos al protagonista, a Bruno, y SPOILERS a Daisy (Kristin Chenoweth), quien revela que su verdadero nombre es Marie y que también fue una niña alguna vez.

Así comienza una gran aventura, claramente marcada por un sentimiento de desesperación, intensificado por el constante uso del suspense que genera escenas intrigantes y que perdura a lo largo de toda la cinta, sin embargo, también posee una sensación de melancolía que es desechada en la tercer acto de la cinta, y regresa en el final. The Witches es contada en esta ocasión de una forma más cercana al terror juvenil, pero aún más cercana al absurdo, donde el humor negro es una de las más grandes características de la cinta.

The Witches es emocionante, ampliamente divertida que entrega sus chistes de una forma sencilla y efectiva que sirve como una forma de descansar entre las constantes escenas de tensión y suspenso que la película genera. Otra parte importante de la cinta, es la forma en que utiliza sus efectos especiales para otorgar una gran cualidad al body horror, que según sé, es uno de los géneros del terror (que aquí se usan solo para incomodar al menor) que más gusta a los niños.

Es importante destacar el trabajo del guion para eliminar el ampliamente conversado y debatido anti-semitismo de la obra original, caracterizando a las brujas como seres que desprecian y se alejan de los arquetipos que durante años se utilizaron para atacar a las personas judías.

Si bien, el último acto de la cinta se sentirá muy poco satisfactorio para aquellxs que recuerdan con nostalgia a la versión de los noventas, para los fanáticxs de la obra original será una grata sorpresa — aunque esta adaptación continué siendo un divorcio tonal y emocional a la obra original — pero que quizás se hubiera podido trabajar de una mejor manera.

Anne Hathaway es tremenda como La Gran Bruja, con un acento demasiado particular y bastante gracioso, y con una gran habilidad para esos pequeños detalles que hacen que una actuación sea ampliamente memorable. El vestuario y el maquillaje de The Witches están tan estilizados y vibrantes que es difícil no relacionarlo con la sensación de un libro ilustrado; sin embargo, y a pesar de ser un filme de época, termina por sentirse más moderno que la época que busca representar.

The Witches es una nueva adaptación fresca, divertida y entretenida tanto para chicos y grandes, que esta en un mundo completamente distinto al de sus adaptaciones anteriores, y lo deja muy claro, con la futura oleada de adaptaciones del trabajo de Dahl que ya están en producción, Las Brujas sirve como una buena introducción a lo que esta por venir. Zemeckis no deja de mostrar su gran habilidad como director de distintos géneros, aunque esta cinta no se distancia de las continuamente parodiadas y ya muy bien conocidas características del estilo de Zemeckis (constantemente confundidas con el de Spielberg).

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