Miranda July en Me, and You and everyone we know

Me and You and Everyone We Know (2005) — Amar, morir, soñar.

La vida es un evento inexplicable y quizás uno de los mayores misterios en la vida de cualquier ser vivo, para muchos, la vida tiene mucho sufrimiento, mucho pesar y mucha tragedia, pero a pesar de ello decidimos continuar en vida, para bien o para mal, ¿qué es eso que nos hace seguir queriendo continuar? Me and You and Everyone We Know, opera prima de la artista de performance Miranda July, se embarca dentro de esta cuestión, con un filme de alta delicadeza, tiernamente gracioso y bizarramente universal.

La historia nos presenta a múltiples personajes, pero abre con la protagonista, Christine, interpretada por July, una artista que nos recita – o mejor dicho, recita a una cámara – una serie de frases poéticas que reflexionan sobre el amor, acompañada de una banda sonora hipnotizante y emotiva, inmediatamente, se nos presenta a Richard, interpretado por John Hawkes, un padre de familia que esta a mitad de un divorcio, a mitad de un episodio maniaco, Richard intenta conectar al menos ligeramente con sus dos hijos al prender su mano en llamas, pero falla terriblemente.

Christine es una artista, que trabaja en un servicio de taxi para adultos mayores, un día, acompaña a su cliente más usual a una tienda departamental a comprar unos zapatos, en ese mismo lugar, son atendidos por Richard, quien con su curiosa forma de hablar y su lenguaje en otra frecuencia, logra cautivar a Christine, quien se siente atraída hacia el, sin embargo, Richard, aún temiendo por su experiencia en su ultima relación, rechaza las intenciones de Christine.

La cinta también nos cuenta la historia de los hijos de Richard, por un lado tenemos al pequeño Robby de 7 años, un pequeño que al igual que su hermano mayor esta enganchado por el Internet, con pasatiempos como el arte y el ASCII art, Robby es presentado a una sala de chat para adultos por medio de su hermano, donde conversa con una mujer adulta quien continuamente le dice sus intenciones sexuales, pero que a pesar de que Robby crea saber lo suficiente, realmente vive en un mundo distinto al que las personas en esta red.

Por otro lado, Peter, de 14 años, es el hijo mayor de Richard, en una etapa de crecimiento conflictiva, con un poco de rencor hacia sus padres y sus negligencias. Peter es seguido de vez en cuando por Heather y Rebecca, dos chicas de su clase, que después de una situación inusual con un compañero de trabajo de Richard, viven un despertar de la curiosidad sobre el sexo, y ven en Peter una oportunidad para descubrir, al igual que una forma de llegar al hombre adulto ya mencionado.

Peter también conoce a Sylvie, una vecina de 10 años que colecciona artículos del hogar diversos que guarda dentro de un baúl, esto, con el objetivo de estar preparada en el momento de su matrimonio, o por si muere en ese momento y no deje a sus familiares sin nada.

Finalmente tenemos a una curadora de arte, una mujer adulta que después de un curioso evento con un artista, comienza a replantearse sus fundamentos morales y artísticos, sobre el valor del arte y sus fundamentos sociales y emocionales.

Me and You and Everyone We Know se toma su tiempo para desenvolver claramente sus ideas, a pesar de poseer una gran cantidad de personajes, no muestra dificultad en desarrollar con facilidad y una gran sensibilidad cada una de las historias de estos personajes.

Es una reflexión sobre la vida humana, nuestras motivaciones en las distintas etapas de la vida y como cada ser en este planeta nunca deja de buscar amor, en esas conexiones que se hacen día con día, en esas relaciones que sin importar cuanto duren dejan una marca en nuestros corazones, por todos aquellos que amamos y que hablan el mismo lenguaje que nuestros corazones, un lenguaje no universal hablado exclusivamente por mi, por ti y todos los que conocemos, por eso hablamos con ellos.

Me and You and Everyone We Know es una experiencia de realismo mágico, con diálogos que harán a ciertos tipos de espectador decir «Qué diálogos tan poco realistas», pero que sirven para formular un encanto que corona a la gran obra poética que es esta película. La cinta nos orilla a reconsiderar nuestras emociones con lo físico y lo espiritual, especialmente con lo emocional, representado en nuestras amistades, nuestros gustos, pasatiempos e incluso en el arte.

Una constante en el filme siempre serán los planos detalle, que no dejan de relacionarse con la gran importancia que esta cinta les da a los detalles más minúsculos, fotografiada en luz natural, principalmente, de una forma melancólica, que celebra la casualidad y hasta banalidad de la vida diaria.

La obra poética de July, no puede estar completa sin su atmósfera sonora, característica inalienable que dota a esta cinta, que es sumamente chusca y bizarra, de un tono melancólico, eterno y a veces hasta ensoñado. Esta cinta te deja sin aliento, por su aparente simpleza, pero su gran y compleja trama.

Una escena que no olvido de esta cinta, sucede en el inicio cuando Christine lleva en el taxi al señor mayor, justo cuando suben al auto, un padre y su hija olvidan a un pequeño pez dorado dentro de una bolsa sobre el techo de su auto, Christine coincide con ellos en el camino, y al darse cuenta del suceso, comienza a preguntarse si debe anunciárselo al padre y a la niña, sin embargo, si el auto baja de velocidad, el pez saldrá volando y morirá, Christine se entristece al percatarse de que a pesar de que el pez esta vivo por ahora, en realidad ya esta muerto, pues no tiene más salida de la situación que continuar en el auto en movimiento. Me and You and Everyone We know es una cinta divertida, complicada y terriblemente inolvidable, ¿Cuál es el punto de vivir si no es para amar?

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