Risky Business (1986) – Sobre tomar riesgos y vivir.

Si algo no es Risky Business es una comedia cualquiera – Esta película encuentra momentos graciosos entre los problemas más serios y el amor en las situaciones más inesperadas.

Todo comienza con Joel, interpretado por un joven Tom Cruise, un adolescente de clase alta que atiende a una preparatoria de su estrato social. Sus padres salen de la ciudad y él decide aprovechar el momento para algo grande, algo que desataría toda la trama de la película: llama a una prostituta para perder su virginidad.

Una vez que lo hace, los problemas ocurren, pero a su vez, más diversión. Risky Business cumple 36 años de haberse estrenado hoy (5/8/2019) pero aun así me ahorraré el dar spoilers… Sin duda es una película que no nos deberíamos perder, una juvenil con grandes enseñanzas y filosofías para todo quien en realidad no sepa que hacer de su vida – aunque debo aclarar que esto no significa imitar la vida de Joel, recordemos pues, que es una ficción – y sin duda te dejará marcado si eres aun un adolescente: seguir tus sueños, tomar riesgos y alcanzarlos, tal vez ideas un tanto romantizadas si lo bajamos al contexto en el que nos vivimos, pero que de igual manera, valen la pena intentar.

Risky Business es un éxito de su década, no solo porque es un hit para la audiencia ya mencionada, sino porque en realidad está muy bien lograda. Contiene un lenguaje cinematográfico inusual de lo que se esperaría en películas adolescentes,puesto que en la realidad actual ninguna lo tiene: entre escenas y escenas habla sobre la privacidad de las emociones, el «voyeurismo», la indiscreción, la rebeldía, e incluso juegan con nosotros al sacarnos del tren en el momento más emocionante para Joel. Asimismo, la iluminación y encuadres del filme son realmente importantes, pues siempre se usan en pro de las emociones de los personajes, creando un ambiente más genuino y atrapante. Sin embargo, como decía al principio, esta no es una comedia de entre tantas, no existen «punch-lines» ni «comic relieves», a pesar de su tono a veces un tanto burlesco, también hay que recordar que es un drama, cuya seriedad es lo que enjuguece el desarrollo de la película.

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