About Time (2013) — Sobre las dificultades y alegrías de amar.

¿Qué harías si una mañana un pariente te confiesa que todos los hombres en tu familia tienen la habilidad de viajar en el tiempo? Probablemente te reirías y lo juzgarías de loco, pero ¿y si fuera cierto? Esta es la premisa de About Time, cinta del 2013 dirigida por Richard Curtis, cineasta con una carrera respetable, teniendo en su haber películas como Love Actually (2013) y la hilarante The Boat That Rocked (2009).

Nuestro protagonista en About Time es Tim —interpretado por Domhnall Gleeson— quien es un tímido romántico de primera, lo que le hace muy difícil el acercarse a las chicas que le gustan. Una mañana se entera de esta habilidad que tiene y a lo largo de la película lo veremos aprender a utilizarla, a veces para cosas tontas y otras para cosas mucho más serias. En algún punto conoce a Mary ­—que es interpretada por la encantadora Rachel McAdams— y vamos a ser testigos de cómo Tom debe comenzar a tomarse más en serio sus habilidades y es que en muchas ocasiones se va a encontrar en encrucijadas que lo harán cuestionarse sobre el verdadero valor de tener “todo el tiempo del mundo”.

Lo cierto es que la cinta es muy buena. Es una comedia romántica, que por momentos se vuelve muy profunda al plantearnos cuestiones difíciles y filosóficas, para lo cual casi siempre se apoyan en Bill Nighy —quien en la película es el papá de Tom— , decisión muy bien tomada porque Nighy lo hace estupendo interpretando a la figura paterna, y hay que decirlo, cada que aparece se roba la película, convirtiendose en un personaje completamente memorable. Además, hay que destacar a Gleeson y McAdams que nos ofrecen una gran interpretación, tienen química y es excelente. Aunado a todo lo anterior, tenemos la fotografía y la música, que son otro punto bastante bueno y abonan bastante a lo que se nos está contando.

Por último, hay que mencionar que sí, la historia cae en varios lugares comunes y predecibles, pero los lleva de buena manera, resultando en una gran película, obligada para todos los amantes del romance, e incluso para quienes no son tan fan, pues es una cinta que nos demuestra que se puede ser una película de fórmula y no por ello ser ridícula o aburrida, sino todo lo contrario.

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