El cineclubismo como respuesta — Carolina Valencia

“We never look at just one thing;
we are always looking at the relation
between things and ourselves.”

John Berger

Cuando era niña descubrí el cineclubismo. Fui a ver Constantine al auditorio de una
preparatoria en Xalapa. El cineclubista era un ingeniero civil de unos setenta años que
en vez de palomitas daba dátiles. Nos costó como 10 pesos ir a la función. El ingeniero nos puso la película en un proyector casero, y después de verla nos invitó a platicar sobre lo que habíamos visto. Entonces sucedió la magia, todxs lxs espectadores iniciamos una conversación tan diversa como nosotrxs mismxs, las señoras tenían algo que decir, los jóvenes, las abuelas, el ingeniero, incluso yo, la niña de 8 años que se tapaba los ojos cada que salía un demonio.

Sin darme cuenta, ese día aprendí las características básicas del cineclubismo:

  1. Cualquiera puede hacer un cineclub.
  2. Un cineclub puede existir en cualquier lugar.
  3. El cineclub es para todxs

Ok, cualquiera puede tener un cineclub, pero ¿cómo? ¿cómo consigo las películas? ¿cómo consigo al público? ¿cómo hablo sobre cine?, tranquilxs, iremos paso por paso. En este texto les hablaré de mi experiencia personal en el cineclubismo, la cuál sigo obteniendo gracias a Ellas Dirigen, un cineclub dedicado a la divulgación de cine hecho por mujeres.

La curaduría
Ellas Dirigen nació durante la pandemia. Lo comencé porque en mi escuela de cine, veíamos muy poco cine hecho por mujeres, y la mayoría de lxs estudiantes éramos mujeres. En mis clases de apreciación podía entender y aplicar conocimientos de teoría fílmica y de montaje, pero no me sentía vista. Empecé a cuestionarme muchas cosas, a cuestionarme mi mirada, desde qué lugar miraba yo el cine, cómo codificaba las imágenes en mi mente, y particularmente cómo veía a los cuerpos de las mujeres en el cine. Entonces descubrí la teoría de la mirada masculina de Mulvey y cómo las mujeres son miradas mientras los hombres miran, y después la teoría de la mirada femenina de Solloway en la que había otra forma de representar a los personajes desde la empatía y la agencia. Decidí empezar a ver más cine hecho por mujeres, como decisión consciente, para descubrir si existían otras formas de ver a las mujeres en el cine, y las encontré.

Si deseas hacer un cineclub, puedes empezar por definir qué cine quieres exhibir. Hay muchos criterios que puedes usar para decidirlo, desde poner tus películas favoritas, ahondar en la filmografía de algunx directorx, explorar algún periodo histórico a través del cine que se hacía en esa época, o estudiar un género cinematográfico en particular. Tener claridad sobre la curaduría de tu cineclub siempre es bueno, pero ten en mente que los cineclubes son espacios colectivos, por lo cuál puede que el cine que exhibas
mute con el tiempo.

Durante un periodo yo decidía qué películas veríamos en Ellas Dirigen, pero llegó un punto en que el público sugería películas, temas o directoras, y por supuesto, empezamos a curar los ciclos de acuerdo a las sugerencias de la gente. Por ejemplo, este año en Ellas Dirigen estamos tratando de exhibir mayoritariamente óperas primas, idealmente de directoras latinoamericanas, ya que consideramos que es un sector pasado por alto en la exhibición y distribución cinematográfica. Siempre hay que considerar la horizontalidad del cineclubismo, escuchar las sugerencias y democratizar la curaduría. El hacer cineclubismo, curar ciclos y decidir qué cine van a ver en comunidad es una gran forma de adueñarse de su espectadoridad y de su mirada. Decidir conscientemente qué contenido cultural consumimos es una herramienta para afirmar nuestra identidad y agencia como público, y el cineclub es el espacio ideal parahacerlo.

Las películas
Acá puede que entremos en algunos tecnicismos, ¿acaso vendrán los abogados de los Warner Brothers a cerrar nuestro cineclub por exhibir Space Jam?La primera cuestión que debemos aclarar es que si tu cineclub es gratuito, no tendrás ningún problema. Por eso en Ellas Dirigen nunca hemos tenido problemas de distribución o exhibición, porque no tenemos fines de lucro. Al iniciar como un cineclub virtual, exhibimos todas las películas legalmente a través de las plataformas de streaming usando extensiones como Teleparty. Cuando entramos al formato híbrido y a hacer funciones presenciales, fueron los cafecitos y las salas alternativas de la Ciudad de México las que nos abrieron las puertas para exhibir.

Otro consejo es que no tengas miedo de escribirle a las distribuidoras de cine (sobre todo las pequeñas), usualmente son muy amables, e incluso te sorprenderás de las veces que te pasarán copias de películas independientes sin cargos, porque si en México tenemos un grave problema, es que el cine mexicano no se ve.

En Ellas Dirigen a veces les escribimos directamente a las directoras de cine que queremos invitar para ver sus películas, y ellas nos ayudan a llegar a acuerdos con las distribuidoras. Así que considera escribirle a unx realizadorx independiente, porque probablemente esté buscando más y más lugares para que su obra sea vista. Hay muchas formas de encontrar cine para exhibir, puedes acercarte a los festivales de cine y decirles que deseas presentar en tu cineclub alguna película de su selección y probablemente acepten. También puedes acercarte a una escuela de cine, para que su cine sea visto más allá del aula.

Si radicas en la Ciudad de México, anímate a escribirle a PROCINE, quienes pueden orientarte e incluso brindarte películas para exhibir

La segunda cuestión, es si quieres cobrar por exhibir. Porque si vas a funcionar como exhibidora autorizada, (además de darte de alta en el SAT, Hacienda, e idealmente afiliarte a la CANACINE como exhibidora) entonces sí tienes que pagar derechos de exhibición a la distribuidora de la película que quieras exhibir y dividir tus ingresos de taquilla entre tu cineclub como exhibidora, y con la distribuidora, además de tomar en cuenta este cargo y tus impuestos al definir el precio de tu boleto. Existen muchos cineclubes que exhiben cine de esta manera, puedes acercarte a ellos para descubrir cómo fue su proceso y cómo operan actualmente. En este aspecto te recomiendo el genial libro de Fernanda Río “Cómo montar un cine”.

Personalmente te aconsejo que empieces como un cineclub gratuito o de cooperación voluntaria antes de cobrar un boleto, ya que así aumentarás el alcance de tu público además de que apoyas el libre acceso a la cultura.

El espacio
Un cineclub puede existir en cualquier lugar y en ningún lugar. Por ejemplo, en Ellas Dirigen existimos principalmente en el internet, pero también en el espacio físico como un cineclub itinerante. Hacer un cineclub virtual es muy fácil, solo necesitas una computadora y acceso a internet. Puedes realizarlo a través de plataformas como Zoom, Meet o Discord. En Ellas Dirigen nos gusta usar TeleParty cuando vemos películas que están en Netflix para simular la experiencia de visionado colectivo. Además, el cineclub virtual es una gran opción porque nuestras geografías dejan de ser una limitante para disfrutar de la reflexión post-película, al cineclub Ellas Dirigen se han conectado personas de todo México, Latinoamérica e incluso España.

Si optas por un espacio físico, también tienes muchas opciones. Puedes proponer en tu escuela realizar un ciclo de cine, puedes organizarte con tus vecinxs o amigxs para ver películas juntxs, puedes escribirle a una galería o a un espacio cultural para proponerles un cineclub en sus instalaciones. También existen convocatorias para equipar tu cineclub, la convocatoria de “Apoyo para equipamiento y difusión de espacios culturales que promuevan y difundan el cine mexicano en la Ciudad de México” de PROCINE en la CDMX, y las convocatorias de FOCINE para el apoyo a la exhibición a nivel nacional.

El público y la comunicación
El cineclub es para todxs y de todxs. En su esencia, hacer cineclubismo es formar comunidades, es acercarnos colectivamente al cine sin barreras. El cineclub es el lugar donde la voz y opinión de todxs cuenta y es valiosa para la conversación. El cineclub también es un lugar de escucha.

Por estas razones, el cineclub necesita un público, un grupo de personas que se sientan con la apertura de comentar, discutir y escuchar opiniones de una película. Lo más hermoso es que no deben ser expertos en cine, porque el cine, como todas las artes, nos afecta a un nivel sensorial en primer lugar. Son las distintas experiencias y sensaciones que todxs podemos obtener de una película lo que hace que la conversación sea interesante, porque la película yo vi, no es la misma que vio la persona a lado de mí. De ahí la frase de Berger “Nunca miramos una sola cosa; siempre estamos mirando la relación entre las cosas y nosotros mismos.” El hecho de que una persona, cualquier persona, pueda derivar una opinión sobre una película enraizada en su propia mirada y su experiencia única en el mundo, es para mí, de las cosas más fascinantes del cineclubismo. Este ejercicio de diálogo y escucha es el verdadero triunfo del cineclubismo, el reconocer que somos capaces como comunidad de escucharnos activamente y encontrar nuestra visión del mundo en las miradas de otrxs.

Algo muy valioso que aprendí del ingeniero cineclubista de Xalapa, es que cualquier persona puede moderar un cineclub, solo necesitas un profundo amor al cine y un interés genuino por las personas. Probablemente tu primera vez moderando un cineclub sea incómoda, no siempre las personas se animarán a hablar. Sé paciente, empieza tú, seguramente alguien resonará con tus palabras y hablará, o alguien estará en desacuerdo con lo que dices y hablará, cualquiera de los dos escenarios es perfecto, y
entonces existirá una conversación que moderar. Recuerda siempre procurar el respeto y el no tolerar discursos de odio, pues esto en lugar de enriquecer las conversaciones del cineclub las vuelve violentas.

Tú público puede ser cualquier grupo de personas, tus compañerxs de clase, tu familia, vecinxs, amigxs, puedes hacer un cineclub infantil en una primaria, en un asilo de ancianos, cualquiera que sea tu audiencia será valiosa porque entre tú y ella ocurre la magia del diálogo y la oportunidad de pensar el cine en comunidad.

La pregunta
Reconozco que hay algo muy íntimo cuando sales de ver una gran película y todos tus pensamientos, sentimientos e impresiones son tuyas. Como si la película te hubiera entregado un secreto especialmente para ti. El problema es que tengo incontinencia emocional. Cuando una película me entrega un secreto inmediatamente se lo quiero contar a todo el mundo, pero tengo que esperar a que vean la película primero, si no su experiencia podría estar viciada por mis impresiones y comienzo a insistir: “¡Tienes que ver esta película! ¡Quiero hablar de esta película contigo!” Entonces pensé ¿Cómo puedo tener un espacio menos invasivo para poner las películas que quiero que vea todo el mundo para después platicar de ellas? ¡Un cineclub!

Con el tiempo me di cuenta que mi pregunta era mucho más compleja que simplemente dejar de hostigar a mis amigxs insistiéndoles en ver Lady Bird. Cuando entré a la escuela de cine, me invadía la sensación de que aunque en teoría el cine es colaborativo, en realidad sigue estructuras jerárquicas, verticales, patriarcales, donde el cine que a mí me gustaba no era el cine importante o reconocido, era el cine de Nora Ephron, el de Marielle Heller, palomero de ese que no pasa a la historia porque no trata de “las grandes” preocupaciones humanas o más bien del hombre. Me sentía hasta cierto punto avergonzada de mi mirada porque me chocan Tarantino, Polanski, Hitchcock y la mayoría de los “grandes maestros” del cine mainstream y porque el cine me era una experiencia tan superficial, elitista y ajena lo cual me llenaba de dolor, porque yo amo el cine. Entonces volví a plantear mi pregunta: ¿Cómo puedo adueñarme de mi mirada, de mi espectadoridad, de mi experiencia única en el mundo para crear reflexiones comunitarias sociales, artísticas y culturales a través del cine? La respuesta: un cineclub.


Semblanza Carolina Valencia
Guionista por parte del Centro de Capacitación Cinematográfica. Desde muy joven, comenzó su formación en distintos talleres y diplomados de dirección, producción y post-producción en el CCC, la AMACC, y en SAE Institute. En 2021 fue finalista en la Competencia Mexicana de Guion, por parte del Festival Shorts México. Actualmente coordina el cine club virtual “Ellas Dirigen”, dedicado a la divulgación de cine hecho por mujeres e imparte clases de guionismo con perspectiva de género.

Este fue un texto solicitado por O. Alfonso Díaz González

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