Rashōmon (羅生門, 1950) de Akira Kurosawa.

Akira Kurosawa es un director reconocido por ser uno de los mejores. De origen japonés nacido en 1910 y fallecido en 1998, Kurosawa entregó varios proyectos que han influenciado el arte de muchos otros directores a lo largo del tiempo y al rededor de todo el mundo. El día de hoy hablaremos de una de sus obras más reconocidas, Rashōmon de 1950, película que fue un parteaguas dentro del cine por traer consigo una nueva propuesta narrativa al séptimo arte. Basada en el cuento hómonimo escrito por Ryūnosuke Akutagawa  en 1915, relata la historia de una violación y de un asesinato bajo las diferentes perspectivas de cinco hombres y una mujer, en la que el egoísmo es el tema central de la narrativa.

Un día, tres hombres, un padre, un leñador y un plebeyo, se encuentran refugiados bajo la puerta de la ciudad de Rashomon hasta pasar la lluvia. Ahí, comienzan a hablar sobre lo que acaba de suceder: han sido parte de un juicio, acerca de algo abominable y que no terminan de entender. Tres días antes, el leñador se había topado con el cuerpo de un samurai atravesado por un espada. El padre, había visto al samurai y a su esposa en un caballo en medio de un viaje por el mismo bosque. Por tanto, ese día, fueron a testificar al respecto, y ahí conocieron al criminal: Tajōmaru, un bandido infame.

Rashōmon, por medio de flashbacks, nos lleva al juicio relatado por estos dos hombres, y se dirige hacia el pasado, teniendo en cuenta lo que cada testigo tiene que decir. El primero en dar su versión fue el mismo Tajomaru (Toshiro Mifune, Ánimas Trujano). Este hombre, que se nota con poca cordura, comienza a narrar aquél día en el que, desde los árboles, vio a una hermosa mujer, una que debía ser suya, aun si fuera necesario matar al Samurai. Tajomaru decide amarrar al Samurai contra un tronco con una soga. Y después va hacia la mujer, y le dice que lo acompañé a verla. La mujer responde mal. Defiende honorablemente a su esposo con una daga. Esta feracidad e intrepidez de la mujer hacen que el deseo de Tajōmaru crezca. Después de estar uno tras otro por algunos minutos, la mujer se rinde a los encantos del bandido y tienen sexo. La mujer ahora avergonzada, le pide a Tajōmaru que peleé contra su esposo, pues no podría vivir con la culpa de él seguir vivo. Tajomaru acepta la misión, y tras 23 espadazos aclamados por el bandido en la corte, él derrota al samurai, pero la mujer ha desaparecido. Le preguntan por la daga desaparecida de ella, y entre risas psicóticas proclama que haberlo dejado atrás ha sido su peor error: esta daga sería de gran valor.

Para no hacer de esta reseña una paráfrasis de principio a fin de la película, me reservaré detalles más explícitos para contar las siguientes perspectivas: En el caso de la mujer, ella proclama no haber cedido ante el bandido, sino que fue violada, y después de dejarla tirada él se retiró, abandonándola atrás con la vergüenza y desdén de su esposo quien la ve con decepción e incluso asco, haciendo que la mujer pierda los estribos. También existe la versión del samurai, quien habla por medio una medium desde el más allá. En su versión la mujer también ha sido violada, pero el bandido, al final, resulta ser más honorable que ella misma bajo los ojos del muerto.

Regresando con los tres hombres bajo la Puerta de la ciudad, ellos discuten cuál es la verdadera versión, con un descubrimiento que deja atrás las medias verdades para conocer la realidad de aquél día en que un hombre falleció y una mujer fue violentada.

Este proyecto fue uno de los varios en los que Kurosawa trabajó con el cinematógrafo Kazuo Miyagawa, quien en Rashōmon, decide establecer varios planos abiertos y cerrados y jugar con las que ahora son consideradas reglas dentro de la cinematografía como la tan reconocida regla de 180º que dice que existe una línea producida a partir de un plano y en los siguientes no puedes brincarla. Los planos abiertos se ven la mayoría del tiempo a través de los árboles y pastos que forman el gran bosque en los que el crimen se da a cabo. Y los cerrados tienden a enfocar las emociones de los protagonistas, dándole importancia a distintas cosas según la historia que se esté contando.

Rashōmon es considerada un thriller psicológico, y aunque no es equiparable a las películas que hoy en día entran en esta categoría, las bases están presentes principalmente en los personajes del bandido y la mujer, cuyas acciones parecen motivadas por ciertas psicopatologías a las cuales no se les da nombre, ni tampoco es importante que tengan uno, son las interpretaciones las que hacen desconfiar de sus historias y preocuparnos sobre la realidad objetiva.

Como mencionamos al inicio, Rashōmon, innovó la manera en la que se puede contar una historia, tanto así que existe el llamado «efecto rashōmon», en el que una misma historia se cuenta bajo los ojos de varios personajes, como lo vemos dentro de esta película. Actualmente, no hay muchas cintas que utilicen esta estructura, pues es complicada y debe ser contada con precisión, cuidando de los detalles para que no se vuelva monótono, siendo que cada perspectiva tenga uno o más puntos de interés. Actualmente, este estilo narrativo se encuentra más en las series de televisión, pero no con la intención de contar cada capítulo, sino, únicamente como estructura de alguno. Por ejemplo, en el caso de que los personajes se encuentren dentro de una interrogación con la policía y cada uno retrate el mismo evento de distinta manera, estaremos hablando del «efecto Rashōmon».

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