Us (2019) — El levantamiento de la clase oprimida

La trama, que en un inicio parece simple, nos parece recordar al cuento de Alicia, quien termina corriendo a un mundo al que quizas no debía entrar. Adelaide es una niña que disfruta de la feria con su familia, formada de su padre, su madre, y por su puesto ella. Después de ganar un maravilloso premio, la madre deja a cargo al padre de cuidar a la pequeña, quien aprovecha la distracción de su padre para visitar la playa contigua. Luego de una corta caminata, Adelaide se encuentra con una casa de espejos, después de una serie de extrañas coincidencias, ella decide entrar. La niña camina por los pasillos hasta que la electricidad se va, Adelaide aterrada busca una salida, pero termina encontrándose con algo menos alentador, una pequeña niña que es igual a ella, un reflejo que parece no obedecerla.

Desde hace muchísimos años, todas las sociedades han compartido un miedo constante, el miedo de que un ser que sea exactamente igual a nosotros nos reemplace, Jordan Peele, el comediante convertido en director, dirige una cinta sobre reflejos, quizás aquella sombra que nos persiguen hasta la muerte, un doppelgänger; fenómeno que recientemente ha sido revivido por personajes como David Lynch en Twin Peaks y que han sido analizados desde hace siglos.

Ya no son los 80’s, estamos en la actualidad, donde la niña, ahora una mujer, interpretada por Lupita Nyong’o, regresa a California de vacaciones con su familia, el terrible evento que sufrió en su infancia le ha provocado un trastorno postraumatico. Gabe, el esposo de Adelaide, insiste en que todos visiten la playa, la cual, casualmente es el lugar donde los terribles eventos ocurrieron, despues de continuas peticiones y el increible miedo que siente Adelaide acepta con la condición de que vuelvan antes del anochecer.

Ya en la playa, la familia de Adelaide se encuentra con los Tyler, encabezada por Kitty (Elisabeth Moss), quien nota que Adelaide no esta actuando como normalmente, ¿y por qué lo haria? Han pasado muchas casualidades ese día, eventos que le recuerdan a aquella noche.

Al caer la noche, Adelaide conversa con Gabe sobre su pasado, pero él no le cree , hasta que su hijo les avisa sobre una familia que esta afuera de su casa, son iguales a ellos, y son hostiles.

La invasión al hogar comienza potente, terriblemente aterradora, y las actuaciones de Nyong’o hacen de esta primera parte toda una pesadilla hecha verdad. El misterio comienza a expandirse, y recibimos a cuentagotas pequeños detalles sobre los eventos que están ocurriendo. La crítica social que Peele desea transmitir es realmente palpable, y a pesar de que muchos puedan creer que es una critica racial, esta va mucho más allá para cuestionar los estratos sobre los que se sienta nuestra sociedad. La inequidad existente que intentamos solucionar solo para terminar causando más desigualdad.

La cinta expone preocupaciones que muchos podrían asegurar que es ignorado en las sociedades actuales a favor de problemas más «relevantes» a partir de la critica directa (También presente en otras obras) a un programa social que aseguraba que solo por vestir de rojo y tomarse de las manos los americanos solucionarían el hambre en África. Claro, que no existe forma en que esto hubiera sido cierto, y la cinta lo hace claro al satirizar con una comedia oscura la utopía que se le vendía a los americanos.

Peele hace honor a todas sus inspiraciones de una forma no muy tarantinesca, pero obvia después de todo, por las cuales busca acentuar y establecer claramente los temas que busca juzgar con esta cinta que se siente muy cercana a la comedia de terror que dirigió en 2016, Get Out. Sin embargo, esto solo aplicaría para la primera mitad de la cinta, que como muchos podemos apreciar, se puede interpretar como dos películas sumamente distintas.

La primera mitad es sumamente brillante, tanto en la forma que desarrolla y narra los eventos, como en la forma en que transmite las emociones y la incomodidad de los personajes, el miedo es muy palpable en esta parte, pues posee una belleza visual impresionante, con una paleta de colores enfatizada en la nostalgia y en todo lo que nos pueda traer; la segunda mitad nos ofrece un cuento más clásico de un «slasher» mezclado con mucha comedia.

Esta segunda mitad es realmente divertida, y como es de esperarse por su autor, logra mezclar sus chistes más obvios de una manera brillante y natural; no obstante , esta dualidad de personalidades en la cinta ocasiona que los temas y símbolos tan bien asentados en la primer parte se pierdan y sean casi relegados a un segundo plano. Las actitudes de los personajes parecen deformarse en esta parte y las dudas que aparecen al inicio parecen menos importantes, al punto del olvido. También esta parte es bastante boquifloja y revela un poco más de lo apropiado, al punto de desear no haber sabido nada sobre ciertos eventos.

Al final, Us se queda corto en su discurso, pues existían cientos de rutas muchísimo más interesantes que las que la cinta tomó, sin embargo, es una experiencia grata, que abre la puerta a nuevas interrogantes que pocos se atrevían a iniciar, cuestiona la forma en que nuestra sociedad se segmenta por clase, y como ciertos grupos, aunque sean iguales a nosotros, terminen siendo ignorados y degradados por aquellos privilegiados, juzga a una mayoría que acepta que es igual a otro grupo pero lucha por hacer las diferencias más amplias. Jordan Peele demuestra que hay mucho dentro de su mente y Us sirve como una invitación a cuestionar todo lo que consideramos como cotidiano, sin importar como nos identifiquemos a nosotros mismos.

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