Dolemite Is My Name (2019) – La importancia de ser representado.

Durante el último cuatrimestre de 2019, Netflix estrenó la más reciente película de Eddie Murphy: Dolemite Is My Name. Murphy es un actor del que ya hace bastantes años no se hablaba; sin embargo, regresa con fuerzas para interpretar a un personaje de suma importancia en la representación audiovisual de las personas afroamericanas: Rudy Ray Moore, mejor conocido como Dolemite.

Ambientado en los 70, dentro de la película, Rudy Ray Moore comienza teniendo dos empleos, el primero, en una disquera de la cual es subgerente y lleva ya bastante tiempo junto con su amigo Theodore Toney — interpretado por Tituss Burgess. Por otro lado, es host de un club de afroamericanos que da entrada al grupo musical de uno de sus amigos, Ben Taylor, protagonizado por Craig Robbinson. Rudy, siendo el maestro de ceremonias en realidad no recibe la atención que le gustaría con los chistes que realiza, inclusive sus amigos le tachan en algunas situaciones de irrealista, mientras pierden la credibilidad en él, por lo que en la introducción de Dolemite Is My Name, el personaje de Eddie Murphy demuestra ser un hombre en medio de la crisis de la mediana edad… pero eso cambia radicalmente cuando se le ocurre una idea.

En la disquera en la que trabaja por las mañanas, suele encontrarse con una persona en situación de calle que cuenta las cosas más ridículas y vulgares que pudieran existir, pero con la cualidad de hacerlo con rimas provocando las risas de todo aquel quien lo escuche. De esta manera, decide buscarlo en el barrio por donde vive y grabar las anécdotas que él le cuenta. Estas historias serán la base para los chistes que presentará en la siguiente ceremonia que abrirá, bajo su nuevo personaje: Dolemite. Y su frase celebre: Dolemite is My Name, and fucking up motherfuckers is my game!. Es así, como comienza la carrera de Rudy.

Debido a su éxito, Rudy desea hacer un disco de su stand up. Contrata más personas para hacerlo, entre ellas, Lady Reed — una mujer que es mamá soltera y tiene sobrepeso, interpretada por Da’Vine Joy Randolph— y vende su disco a manera de contrabando para así llamar más la atención. Después del revuelo por sus rimas y altisonantes palabras, una productora discográfica pone los ojos en él y deciden trabajar juntos, produciendo muchos más discos y haciéndose una personalidad famosa entre la comunidad afroamericana de aquél tiempo.

A manera de festejo después de tener un tour por los Estados Unidos, los amigos deciden ir a ver una película. La experiencia es desagradable, un lugar lleno de gente blanca viendo una película llena con personas del mismo color, con chistes que no resuenan con ellos debido a que no es la misma cultura y no encuentran humor en las mismas situaciones. Una vez que salen disgustados por al experiencia a Rudy se le ocurre una nueva idea: crear una película, con gente únicamente afroamericana, con comedia, sexo, y artes marciales.

Más de la mitad del filme se llevará en la realización de esta película, y los problemas en su realización, contando con más personalidades importantes como: Keegan Michael-Kay como el guionista de la obra y Wesley Snipes director y uno de los actores de la película homónima Dolemite, y finalmente como protagonista al mismísimo Rudy Ray Moore.

Dolemite Is My Name está repleta de grandes personajes y mensajes aun más importantes como: el ser representado, hacer arte por y para la gente que vive en las mismas condiciones que tú; que estas ideas en realidad resuenen en las personas para que no pasen sobre la cabeza como lo fue para Dolemite y sus amigos al ver una película de blancos. Pero Dolemite no solo aborda los temas raciales, también deja un espacio para hablar sobre diversidad corporal, encarnado principalmente por Lady Reed. El hecho de que ella salga en la película de Rudy, significa algo importante e incluso esperanzador, pues como dice en alguna parte de la película: «nunca había visto a una mujer como ella en la pantalla grande». Pero no solamente Lady Reed, el mismo Rudy representa los complejos de un hombre de mediana edad con panza «chelera», ya que en el momento en el que debe grabar una escena de sexo, se convierte en todo un reto personal para él.

Puede que a nosotros como espectadores,que no conocemos de la cultura afroamericana, no nos den risa las situaciones que tal vez deberían hacerlo, o simplemente no estar seguros de cuando reír o cuando no, pero conforme avanza la película es fácil acostumbrase a su tono hilarante, el cual propicia un buen momento. Todas las escenas que forman parte de la realización de la película «Dolemite» son definitivamente lo más divertido e hilarante que pasa en el filme, razón por la cual me limité a no escribir de ello, pues es una experiencia que vale la pena experimentar.

El Diseño De vestuario y la Música de Dolemite Is My Name también es algo que no podemos dejar pasar. Las prendas que utilizan tanto hombres como mujeres está perfectamente confeccionado y cumple la tarea de adentrarte en este ambiente de mediados de los 70, cosa que también es gracias al Diseño de Producción. Por otro lado, la música representa aquella década, con un género en su mayoría funky y jazz que lleva el ritmo y tono de la película en el tiempo adecuado.

Dolemite Is My Name es una producción original de Netflix que no se pueden perder.

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